Cuando se trata de generar beneficios, la criptocomunidad suele dividirse en tres grupos: traders, hodlers y mineros.
En el grupo de los traders, encontramos inversores de todo tipo que intentan aprovechar la alta volatilidad del criptomercado para ganar dinero.
En segundo lugar, tenemos los inversores a largo plazo, conocidos como hodlers. La diferencia respecto a los traders es que creen que el valor de una criptomoneda en concreto (normalmente Bitcoin) aumentará significativamente con el paso de los años. Por eso no hacen trading, simplemente mantienen sus posiciones.
Por último, frente a los traders y los tenedores, están los mineros. Son personas que han invertido una considerable suma de dinero en hardware para minar una criptomoneda en particular. En esta guía, ahondaremos en la minería de criptomonedas e intentaremos responder a una cuestión de peso: ¿merece la pena seguir minando en 2020 o los mineros deberían usar sus recursos para invertir directamente en el mercado?
¿En qué consiste la minería de Bitcoin?
El término “minar” se introdujo en el sector de los activos digitales con la aparición de Bitcoin. Por eso, y aunque hay una nutrida lista de criptos que se minan, usaremos la minería de Bitcoin como ejemplo.
El equipo de los mineros de Bitcoin se compone fundamentalmente de potentes computadoras que resuelven problemas matemáticos de extrema complejidad. El proceso en su conjunto se conoce como protocolo de consenso PoW (proof-of-work). Como resultado, la minería cumple dos objetivos vitales: generar bitcoins nuevos y mantener la seguridad de la red verificando cada transacción.
Estas verificaciones tienen lugar cuando los mineros agrupan las transacciones en “bloques” y las añaden a un registro público conocido como “blockchain” (“cadena de bloques”). Gracias al trabajo de los mineros, es posible verificar que las transacciones son lícitas y no se producen “gastos dobles”; es decir, la minería impide que una unidad pueda duplicarse o usarse dos veces en una misma operación.
A cambio, por cada transacción completada, los mineros obtienen una recompensa consistente en un número concreto de bitcoins. Esta cantidad se reduce a la mitad cada cuatro años a través de un proceso llamado “halving”.
¿Qué es el halving de Bitcoin?
Cada 210 000 bloques (unos cuatro años), el halving de Bitcoin reduce a la mitad la recompensa que obtienen los mineros, algo que ya ha ocurrido dos veces en la historia de Bitcoin. El primer halving tuvo lugar en 2012, cuando el recorte fue de 50 BTC a 25 BTC. En 2016 se produjo el segundo halving, pasando la recompensa de los mineros de 25 bitcoins a 12.5 bitcoins.
El próximo recorte tendrá lugar en la primavera de 2020, dejando a los mineros de Bitcoin con una recompensa por transacción de apenas 6.25 BTC… De ahí que nos preguntemos si la minería de Bitcoin seguirá siendo rentable tras el tercer halving.
Historia de la minería de Bitcoin
Cuando Bitcoin empezaba a ser conocido más allá de la deep web y ciertos círculos de ingenieros informáticos, la minería se hacía en ordenadores personales. Eran tiempos de bonanza para los mineros. No hacía falta invertir nada para comenzar a trabajar, la competencia era ínfima y la recompensa era sustanciosa.
La felicidad no duró mucho. Con la llegada de los grandes centros de minado de Bitcoin, el minado desde el PC o el portátil desapareció. Simplemente no se podía competir desde casa con los equipos ASIC que usaban los nuevos “profesionales” de la criptominería. Para estar a la altura, había que invertir; pero, por otro lado, la aparición en escena de los equipos ASIC aumentó drásticamente la tasa de hash de Bitcoin.
Tasa de hash de Bitcoin. Fuente: Binance Research
¿Dónde se minan más bitcoins?
China se convirtió rápidamente en uno de los puntos geográficos a nivel mundial del minado de Bitcoin. Con la llegada de los equipos ASIC y los centros de minado, los mineros chinos se pusieron a la cabeza de la minería mundial. Al parecer, son responsables del 66% de la tasa de hash, tal y como publicó CryptoPotato a finales de 2019.
Para un activo como Bitcoin, no es nada positivo que un solo país abarque tal porcentaje de actividad. Eso sí, al menos, ninguno de los grupos de minado acapara más del 25%.
Distribución de la tasa de hash de Bitcoin. Fuente: blockchain.com
Como puede comprobarse en la imagen, las entidades chinas Poolin y F2Pool son las que mayor tasa de hash tienen: 18.3% y 14.8%, respectivamente.
Una primera lectura de los datos es que los equipos de minado más importantes suman apenas el 33% de la red. Es bastante, pero no suficiente como para hacer sonar las alarmas. En cambio, ese 22.1% de origen desconocido sí que debería despertar sospechas ante un posible ataque.
¿Merece la pena minar bitcoins?
Vayamos con la pregunta del millón; una cuestión que, por desgracia, no tiene una respuesta sencilla. Primero, hay que valorar diversos factores que afectan al minado de bitcoins, tales como:
- El coste de la electricidad,
- la complejidad del proceso de minado,
- la obtención de recursos informáticos,
- la actividad de la competencia.
En lo que se refiere al coste de la electricidad, parece obvio que se trata de una variable que depende de la ubicación. El precio de la electricidad varía según países, regiones e incluso áreas locales. Asimismo, el gasto de electricidad depende en gran medida de las características de los equipos usados para minar, así como de las horas de minado o incluso de la estación del año.
El tema de la complejidad del minado tiene mucho que ver con la tasa de hash, ya que indica la cantidad de validaciones de transacciones por segundo. Puesto que la red está diseñada para procesar un número determinado de bitcoins por segundo, la dificultad de las operaciones será mayor a medida que aumente la cantidad de mineros activos.
¿Y la obtención de recursos informáticos? ¿Es un problema? En un mundo en el que los computadores personales son habituales, parece extraño pensar que la disponibilidad de dispositivos puede ser un problema a la hora de medir la rentabilidad de la minería. Pero pensemos en el rally de Bitcoin de finales de 2017. Aquella subida meteórica del precio puso a Bitcoin de moda, encareciendo el hardware necesario para minar tras la avalancha de potenciales mineros.
En cuanto a la competencia, poco hay que decir. En cualquier negocio, la competencia es uno de los factores elementales para medir la rentabilidad o la probabilidad de crecimiento. En este sentido, hace tiempo que los pequeños centros de minado que iniciaron su andadura hace años se convirtieron en compañías de minado con peso en el mercado. En este contexto, para un particular es bastante difícil generar beneficios (por no decir imposible).
Entonces… ¿Merece la pena minar bitcoins? Sí y no. Todo depende del factor en el que nos fijemos para responder. Si la electricidad te supone un gasto prohibitivo, seguramente no te salga rentable minar. Si no tienes acceso a los recursos necesarios para minar correctamente, lo mismo. La cuestión es hacer bien los cálculos antes de invertir en cualquier equipo, y valorar en cada situación si sale rentable el minado.
Un último apunte
La minería de bitcoins se ha convertido en una actividad que mueve más de mil millones de dólares, con todo tipo de compañías intentando controlar el sector. Se trata de un mercado que ha cambiado mucho en los últimos años, y que seguirá cambiando a gran velocidad. Pero estos cambios no suelen tener en cuenta a los mineros, que intentan mantener su nivel de ingresos a pesar de los recortes de las recompensas, que tras el halving de 2020 serán de 6.25 BTC.
Seguramente, esta cifra no sea tan atractiva como los 50 BTC que se conseguían por transacción antes del halving de 2012. Es decir, a partir de mayo de 2020, habrá muchos menos mineros interesados en continuar minando (o que quieran comenzar a minar). Mucha gente se está preguntando si invertir directamente en Bitcoin es más rentable que minar. Podría ser, pero hay que recordar que los mineros no solo se lucran con su actividad, también mantienen la seguridad y la salud de la red. Los mineros de Bitcoin son indispensables.