Las CBDC están cada vez más cerca. De hecho, gracias a los esfuerzos de China y los avances de los promotores de mBridge, ya se utilizan en miles de operaciones diarias en el mercado asiático. En Estados Unidos, la Fed está a punto de sumarse con el lanzamiento de FedNow en julio de este año. En Europa, más de lo mismo.
Se espera que el mes que viene se publique la propuesta legislativa de Bruselas para el euro digital. Se trata de un paso de gigante de cara al lanzamiento definitivo de la CBDC europea, que tendrá lugar tras las pruebas pertinentes. Lo curioso es que será la banca privada la que haga el trabajo sucio.
La Banca Privada se Une
Aunque la imposición de las CBDC podría poner en peligro el modelo de negocio actual de los bancos privados, parece que CaixaBank prefiere ponerse de parte de las autoridades europeas. La entidad española ya está probando un prototipo de wallet desarrollado bajo la supervisión del BCE.
En el comunicado, CaixaBank ha hecho especial hincapié en el tema de la privacidad. La entidad asegura que la aplicación presentada al BCE la mantiene, ya que solo será necesario el uso de un alias para realizar las operaciones con euros digitales. Cuesta creerlo, principalmente porque se contempla que el sistema de pagos se integre en las aplicaciones de banca digital de los bancos.
Puede que el alias oculte los datos personales y bancarios a los usuarios de la aplicación, pero en ningún caso será inaccesible para las entidades, mucho menos para el BCE (aunque CaixaBank afirme que no). Tiene lógica, al fin y al cabo, uno de los objetivos que persigue Lagarde y compañía es “acabar con el anonimato del dinero”.
El Control Mediante las CBDC
En parte, la aplicación de CaixaBank no atenta contra la privacidad de los usuarios de forma significativa. Su propuesta es una suerte de PayPal y Bizum, un sistema que permite enviar dinero de forma instantánea. De hecho, supondrá una ventaja respecto a las transacciones tradicionales, en las que la información sobre las partes involucradas están igual de expuestas.
El peligro reside en el aporte que supone la colaboración de la banca privada de cara a una futura imposición del euro digital a través de un sistema centralizado controlado por el BCE. Este tipo de pruebas fomentan la adopción masiva de las CBDC, una herramienta de control potencial a través de la cual las autoridades podrán decirle a la población cuánto, cuándo y cómo gastar.